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Denuncian campos de reclutamiento forzado en Jalisco y Guanajuato por el CJNG

Según la Comisión Nacional de Búsqueda, en Lagos de Moreno han desaparecido 323 personas; las familias de víctimas aseguran que son muchos más

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Cientos de habitantes denuncian que existen campos de reclutamiento forzado que controlan las bandas del crimen organizado, en las cuevas de Comanja de Corona, la zona montañosa entre los límites del municipio de Lagos de Moreno (Jalisco) y León (Guanajuato).

“Yo creo que ahí tienen a mi hijo”, dice Maribel Ramos, madre de Mauricio Rodríguez, de 15 años de edad, quien desapareció el pasado de 4 de agosto a mediodía. Desde entonces no ha dejado de buscarlo, comenta. Su angustia aumentó cuando algunos vecinos le dijeron que probablemente el joven se encuentre en esas cuevas.

Mauricio salió con tres amigos. Ellos regresaron a casa dos días después, dice, pero se niegan a hablar sobre la desaparición de Mauricio; están amenazados.

Maribel clama: “Con mi padre Dios no estamos enojados. Le pedimos con más fe; le suplicamos una pista, una sola. Le digo: si mi hijo ya está contigo, qué bueno que esté descansando. Su cuerpo, su espíritu, su alma te pertenecen, pero quiero sentir que el cuerpo me pertenece también. Ayúdame a encontrarlo para tener un lugar a dónde ir a llorarle, a dónde hablarle”.

En la pequeña Fiscalía de Lagos de Moreno, donde sólo Ricardo Arias investiga como Ministerio Público (MP) los crímenes en la región Altos Norte de Jalisco –una de las más peligrosas del estado–, la negativa para buscar en Comanja fue contundente:

“Como usted comprenderá, para allá está muy peligroso. Hace poco nos pusieron una emboscada”, le dijo un trabajador de la dependencia a Maribel.

Le comentó también que en 15 días le resuelve. “¿Quince días más para saber si mi hijo estuvo o está ahí?”, se pregunta la madre de Mauricio.

Según la Comisión Nacional de Búsqueda, en Lagos de Moreno han desaparecido 323 personas; las familias de víctimas aseguran que son muchos más, sólo que el miedo a las represalias evita las denuncias.

La zona, que según el discurso oficial es disputada por los cárteles de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Santa Rosa de Lima, es un espacio violento y poco atendido por el Gobierno de Enrique Alfaro, de Movimiento Ciudadano (MC), en cuya administración han desaparecido más de 3 mil personas.

Entre él y su homólogo en Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez, del Partido Acción Nacional (PAN), hay alianzas económicas, pero no proyectos regionales para combatir la violencia.

Laboratorios clandestinos

De acuerdo con información del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), de 2006 a 2018 la Secretaría de la Defensa Nacional confiscó tres laboratorios donde se elaboraban drogas sintéticas en Lagos de Moreno y otros cinco en la región Altos Norte. La zona occidente del país es la principal productora de cristal, ahí se localiza 67 por ciento de los laboratorios clandestinos.

Daniel Bocanegra es otra víctima. Él desapareció el 10 de junio de 2015 tras negarse a ser vendedor de cristal. Tenía 28 años y seis hijos. Su mamá lo buscó durante meses en las bolsas negras de basura dejadas en las esquinas de las calles.

Los problemas de violencia y presupuesto han ocasionado que la delegación del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses tenga hoyos en el techo, esté saturada y haya cuerpos no identificados.

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