Durante la conferencia de prensa en Palacio Nacional, un periodista exhibió la reunión que el ex líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPR), Carlos Romero Deschamps, tuvo con tres personas que destacan por su cercanía, tanto con él como con la dirigencia de Pemex.
Los dos primeros son el diputado Manuel Limón Hernández (PRI), quien sustituyó a Romero Deschamps como secretario general del Sindicato hace prácticamente un año, y Fernando Navarrete, presidente del Consejo General de Vigilancia del organismo gremial, también identificado como cercano al polémico dirigente.
Finalmente, se identificó al último comensal: se trata de Alejandro Cabrera Fernández, quien ostenta el cargo de coordinador de Relaciones Laborales y Recursos Humanos de Petróleos Mexicanos (Pemex), quien ha sido señalado por obstaculizar los avances democráticos al interior de la paraestatal.
Dirigentes ya no podrán proteger intereses
Ante esta situación, el periodista cuestionó al presidente si era normal que estos dirigentes se reunieran o aún existe la mano de Carlos Romero Deschamps en el interior de Pemex, para proteger intereses o personajes que no son afines a su gobierno de la cuarta transformación.
Por su parte el mandatario respondió que en la ley de austeridad existe una disposición para que los funcionarios no compartan ese tipo de relaciones con empresarios que puedan significar compromisos de intereses.
«Yo creo que ese tipo de reuniones está prohibido, pero lo estás denunciando y yo le pido al director de PEMEX que lo revise, este asunto de conformidad con ley o con los principios que nosotros sostenemos».
Cabe mencionar que López Obrador mencionó que si la ley lo prohíbe podría ameritar un despido.
«Ya no hay dirigentes preferidos o predilectos del gobierno, eso se terminó, ahora los dirigentes tienen que ser electos por los trabajadores, tienen que representar a los trabajadores no al gobierno como era antes», aseguró el presidente.
