El Programa de Atención Prioritaria del Gobierno de la Ciudad se encarga de atender a colonias, barrios y pueblos, con medidas sanitarias para frenar los contagios en las zonas que concentran el 20 por ciento del total de los casos positivos.
Por medio de vigilancia epidemiológica casa por casa, revisión médica y realización de pruebas; se entregan kits médicos, está la suspensión temporal de comercio en vía pública y la extensión de apoyos económicos a locatarios, además del reforzamiento de medidas sanitarias generales sanitizando el espacio público.
Alrededor de 70 pruebas al día son las que realizan los doctores que atienden los kioskos. La dinámica es que el personal de la Secretaría de Salud capitalina en su censo casa por casa, detecta posibles casos de COVID-19 y a quienes tienen síntomas, se les exhorta a realizarse la prueba, obteniendo resultados en 3 o 4 días.
El personal médico y quienes realizan los censos, comentaron que la población ha cooperado en la organización y en la recolección de los datos a quienes llegan a sus hogares.
Una investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), arrojó que el perfil más común entre los mexicanos fallecidos por la COVID-19 es de hombres con escolaridad básica o sin estudios, mayor a los 40 años de edad y que no tienen un trabajo remunerado.
De acuerdo al estudio, la mayoría de fallecidos, el 28.1 por ciento, corresponde a personas sin actividad económica remunerada –como personas que buscan trabajo, estudiantes o amas de casa– seguido de jubilados (12 por ciento) y empleados del sector público (11.7 por ciento), básicamente trabajadores del sector salud.
La Ciudad de México se encuentra debatiendo los últimos 40 días entre el semáforo rojo y el naranja, entre la urgencia por reactivar la economía pero aún con números de contagio preocupantes.
Fuente: Sin Embargo
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