Un cubrebocas incluyente (para leer los labios), sustentable, ergonómico, altamente efectivo como un N95 y por un costo de 50 pesos.
Ese es el prototipo que un grupo de alumnos del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Universidad Jesuita de Guadalajara, diseñó y busca patentar para que sean producidos por empresas mexicanas.
“Usamos silicona, que aunque es plástico, es un plástico natural que no es tóxico, la idea es que sea algo que no contamine, porque muchas de las telas de los cubrebocas son de plástico”, dijo en entrevista Miguel Huerta Gutiérrez, profesor del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano del ITESO.
“El ITESO se va a encargar de administrarlas para que sean las empresas pequeñas las que terminen fabricando el prototipo y de esta manera se reactiven las economías, lejos de utilizar la patente para monopolizar” señaló Huerta Gutiérrez.
Sugieren que la idea de este proyecto es no utilizarla para explotar comercialmente, sino para ayudar a empresas pequeñas y que estas puedan producirlas también.
El proceso para diseñar este cubrebocas duró tres meses, son de silicona, tienen filtros de humedad y plástico antiempañante.
Mencionan que a diferencia de las mascarillas N95 que filtran el 95 por ciento de las microbacterias, este prototipo filtraría el 97 por ciento de las bacterias.