El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha emitido una aclaración en relación con la construcción del muro en la frontera con México, asegurando que no impulsará una política de construcción de muros en dicha área, pero que por ley se verá obligado a cumplir con un remanente de la administración de Donald Trump que data de 2019.
El secretario de Seguridad Interior del gobierno de Biden, Alejandro Mayorkas, emitió un comunicado de prensa para aclarar la situación en torno a la construcción del muro fronterizo destinado a contener el flujo de inmigración indocumentada. Mayorkas enfatizó que no hay una nueva política gubernamental en relación con los muros fronterizos y que la estrategia de la administración actual, que no considera el muro como la respuesta a los problemas migratorios, permanecerá sin cambios.
Mayorkas explicó que el presupuesto para la construcción del muro en cuestión fue aprobado durante la presidencia anterior en 2019 y que la ley obliga al gobierno a utilizar estos fondos para dicho propósito. A pesar de los intentos del gobierno de rescindir estos fondos, el Congreso no ha actuado en consecuencia, lo que les obliga a cumplir con la ley.
El gobierno de Biden insiste en que la estrategia fronteriza óptima requiere un enfoque más amplio y basado en la tecnología moderna para la vigilancia en los puertos de entrada. Además, se espera que el Congreso proporcione los fondos necesarios para estas herramientas, cuya efectividad ha sido demostrada.
La Casa Blanca ya había anunciado previamente que, en cumplimiento con la ley, utilizarían los fondos destinados a la construcción del muro, los cuales habían sido aprobados en 26 leyes federales durante la presidencia de Donald Trump.
Este tema surge en un contexto en el que el flujo de inmigración indocumentada desde diversas regiones, como Centroamérica, Sudamérica, Cuba, Haití y otras naciones, ha generado preocupación en el Congreso estadounidense. Los republicanos en el Capitolio están presionando para que México refuerce su presencia militar y de la Guardia Nacional en las fronteras sur y norte del país, con el fin de contener la oleada de inmigrantes que intentan ingresar ilegalmente a Estados Unidos y para su posterior deportación.
