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Las pugnas internas entre AMLO y la 4T

El presidente Andrés Manuel López Obrador también libra otras batallas, a pesar de estar combatiendo con la corrupción, disminuir la desigualdad, la pobreza y la injusticia

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Ocupado en combatir la corrupción gubernamental; reducir la desigualdad, la pobreza y la injusticia; combatir la impunidad y la violencia, y velar por el buen ejercicio de los presupuestos públicos y su distribución entre los programas sociales, el presidente Andrés Manuel López Obrador también libra otras batallas, como los continuos ataques de lejos -Grupos de derecha, que también están llamando a los políticos de la oposición, que están pagando a intelectuales, medios y periodistas para engañar y abusar del gobierno actual.

Esto ha sucedido desde que asumió este gobierno, es decir, en los últimos tres años, pero el presidente ha superado otros problemas, como las disputas internas dentro de su gobierno y el partido que lo llevó a la presidencia de la república, Morena, en donde se pelea por posiciones políticas con miras tempranas a la sucesión presidencial de 2024 y, lo más grave, que algunos integrantes de su primer equipo de gobierno tratan de imponer su visión de país, muchas veces coincidente con las políticas corruptas del pasado y, más aún, algunos cercanos a López Obrador tratan de engañarlo, le mienten y le han hecho firmar documentos que comprometen la Cuarta Transformación del país.

En ese terreno se explican los constantes cambios en secretarías de Estado, subsecretarías, direcciones generales y hasta en órganos descentralizados, pues cuando son descubiertos no hay más remedio que cesarlos, removerlos o, inclusive, abrirles procesos penales.

Entre los muchos cambios que el presidente ha ordenado en el gabinete y que en su momento han generado desconcierto por tratarse de funcionarios con importantes responsabilidades y de haber tenido una cercana relación con el presidente López Obrador, destaca la remoción de Arturo Herrera Gutiérrez de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, quien tras el despido de Carlos Manuel Urzúa –el primer secretario de Hacienda que apenas duró 7 meses en el cargo–, asumió la Secretaría el 18 de julio de 2019 y fue removido el 9 de julio de 2021, bajo la promesa de que sería el próximo gobernador del Banco de México.

Sin embargo, a finales del año pasado se conoció que Arturo Herrera había sido borrado de la lista en Palacio Nacional para suceder en el Banco de México a Alejandro Díaz de León, y en su lugar se designó como gobernadora a la primera mujer en esa responsabilidad, Victoria Rodríguez Ceja, quien ahora es la encargada de procurar la estabilidad del poder adquisitivo de nuestra moneda y del control de cambios para tener una economía más establece en el país.

Meses después de esos movimientos en el gabinete, sabemos que entre las muchas causas que motivaron la cancelación de la propuesta de Arturo Herrera como próximo gobernador del banco central fue que desde la Secretaría de Hacienda él daba el visto bueno (autorizaba) a gobiernos estatales para la contratación de más deuda pública, sobre todo a los gobernadores que estaban próximos a terminar su mandato, lo que provocó una grave crisis de liquidez en varias administraciones estatales en cuanto asumieron los nuevos mandatarios –la mayoría del partido Morena–, porque no había recursos ni siquiera para pagar la nómina de los trabajadores al servicio de esos estados de la República.

Esto prendió los focos rojos en Palacio Nacional, en donde el presidente fue enterado de este problema y ordenó al nuevo titular de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, revisar lo que había hecho su antecesor Arturo Herrera, sobre todo al final de su gestión. Allí descubrieron que todavía el último día que despachó en Hacienda, había firmado una serie de papeles que no consultó al primer mandatario y para autorizar el endeudamiento a los estados les decía a los gobernadores en dónde pedir dinero prestado, es decir recomendaba a los bancos en donde se podían endeudarse.

La institución más recomendada por el entonces secretario Herrera era el Banco Accendo, propiedad de los hermanos Hugo y Eduardo Villanueva, a quienes el gusto por el dinero les duró poco, porque desde finales del año pasado las autoridades financieras intervinieron su banco, cuando la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y la Secretaría de Hacienda les cancelaron su licencia para operar como institución de banca múltiple.

De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, ya a cargo de Ramírez de la O, Accendo incumplía con los índices de capitalización que establece la ley en la materia, porque su caída era muy acelerada.

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