En un intento audaz de abordar la presión creciente sobre los refugios para personas sin hogar en Nueva York, las autoridades de la ciudad han propuesto una medida controvertida: alojar a migrantes en una antigua prisión federal que alguna vez albergó a figuras como mafiosos, terroristas y estafadores de Wall Street. El alcalde de Nueva York, el demócrata Eric Adams, se encuentra en una difícil encrucijada para brindar refugio a la creciente población de migrantes que ha llegado a la ciudad. Con los albergues para personas sin hogar abarrotados, el alcalde ha tenido que recurrir a soluciones temporales y creativas, como el uso de hoteles y carpas en centros recreativos y gimnasios escolares.
En medio de esta crisis migratoria y humanitaria en evolución, surge una propuesta inusual: utilizar el antiguo Centro Correccional Metropolitano, una prisión federal que cerró en 2021, como refugio para migrantes. A pesar de sus antecedentes, las autoridades argumentan que es una solución pragmática para afrontar los desafíos actuales.
Sin embargo, la idea ha generado un debate polarizado. Aunque la prisión albergó a personalidades como John Gotti, Jeffrey Epstein y Joaquín El Chapo Guzmán, se cerró debido a su deterioro y problemas de seguridad. A pesar de ello, algunos creen que podría reacondicionarse para albergar a migrantes. Críticos, como Murad Awawdeh de la Coalición para la Inmigración de Nueva York, opinan que no es un entorno propicio para quienes intentan construir una nueva vida.
La situación ha causado fricciones entre la gobernadora del estado, Kathy Hochul, y el gobierno de la ciudad. La crisis migratoria ha planteado desafíos financieros, políticos y humanitarios que ambos niveles de gobierno están tratando de abordar. Las discrepancias sobre cómo se utilizan los recursos y la ayuda estatal han escalado en las recientes tensiones públicas, evidenciando la complejidad de la gestión de este problema en curso.
