Desde Villahermosa, Tabasco, el embajador de México en Perú, Pablo Monroy, admitió que el trabajo diplomático que ha realizado en esa nación no ha sido fácil, pues en el último mes se ha enfrentado a muchos retos.
“Nosotros confiamos que en el Perú en efecto se respeten y se observen todas las normas de derechos humanos internacionales y por supuesto conforme a legislación peruana. Que la actuación de todas las autoridades sea ajustada a estas normas y estándares”, dijo el embajador Monroy durante la conferencia matutina realizada en Villahermosa, Tabasco.
Así adelantó que México seguirá supervisando el desarrollo de la crisis en Perú pues “ha habido muchas manifestaciones y movilizaciones en las que puede haber en algunas situaciones violaciones a derechos humanos. No nos corresponde a nosotros determinarlo, corresponde a las propias autoridades, pero sí hay preocupación sobre ello”.
También manifestó “una preocupación legítima que compartimos muchos países sobre que en todos los procesos judiciales o de procuración de justicia que se siguen en el Perú se respete el debido proceso, se respeten todos los derechos procesales de las personas acusadas, de las personas imputadas, en particular por supuesto del presidente Castillo”.
Monroy Conesa expuso que López Obrador y el canciller Marcelo Ebrard le instruyeron a cumplir tres objetivos principales. Siendo el primero velar por la seguridad de los connacionales, por lo que se movilizó al 90 por ciento de los más de 500 turistas y residentes en el país, quienes ya regresaron a México, están por viajar o permanecerán en Perú con garantías de seguridad.
También se le pidió “honrar la larga tradición de asilo por parte de México”, lo que se logró con la llegada de la familia de Pedro Castillo a territorio nacional. Así como analizar la situación política de Perú y mantener los canales de diálogo abiertos con actores políticos y miembros de todos los sectores de la sociedad a fin de contar con información de confianza.
Estas prioridades, dijo, se lograron “apostando siempre a la diplomacia y al diálogo como herramientas, como medios para manifestar las preocupaciones que tenemos, Manifestarlas de manera respetuosa y sin intervenir en los asuntos internos, pero no dejar de manifestar preocupaciones legítimas”.
