La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reconoció este lunes que el principal problema que enfrenta actualmente el país está relacionado con la seguridad pública y su vinculación directa con los grupos delincuenciales y la delincuencia organizada.

En este sentido, la mandataria confirmó desde su habitual conferencia de prensa, que su Gobierno ha decidido fortalecer las capacidades de investigación, inteligencia y coordinación institucional para atender este fenómeno.

Recordó que su Gobierno otorgó nuevas facultades a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana para realizar labores de investigación e inteligencia enfocadas en la seguridad pública, diferenciándolas de las tareas de seguridad nacional y seguridad interior que históricamente han recaído en otras instituciones.

Detalló que estas acciones buscan fortalecer la coordinación entre el Centro Nacional de Inteligencia, la Guardia Nacional, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Marina, con el objetivo de construir un solo sistema de inteligencia e investigación que permita combatir de manera más eficaz a la delincuencia organizada.

Los caminos artesanales siguen ganando terreno en las comunidades rurales del país y este 2025 marcará un nuevo avance. La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) informó que, al cierre del año, este programa habrá beneficiado de manera directa a 136 mil 474 habitantes de 11 estados, con obras que buscan mejorar la conectividad donde antes sólo había brechas o caminos en mal estado.

El balance anual apunta a la construcción de 135 caminos artesanales, que en conjunto suman 432 kilómetros, con una inversión de 3 mil millones de pesos. A diferencia de la obra pública tradicional, estos caminos son construidos por las propias comunidades, lo que además de generar empleo local, fortalece la organización social y la economía regional.

Hasta ahora, la SICT reporta una inversión ejercida de mil 674.70 millones de pesos, equivalente al 55.8% del presupuesto programado para este año. Para asegurar que las obras avancen conforme a lo previsto, la dependencia firmó 160 acuerdos con comunidades rurales, en coordinación con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI).

Los avances varían según la entidad. Guerrero encabeza la lista con 143 kilómetros en proceso y un avance del 40%, seguido por Oaxaca, donde se construyen 77 kilómetros. En Durango, los trabajos ya alcanzan el 79.7% de avance en 56 kilómetros, mientras que Chiapas reporta un 61% en 28 kilómetros. Estados como Veracruz, Jalisco, Sonora, Puebla, Colima, Nayarit y Zacatecas también forman parte de este esfuerzo, con distintos niveles de progreso.

Más allá de las cifras, el programa tiene una meta clara: mejorar la accesibilidad a servicios básicos, reducir el aislamiento de comunidades indígenas y rurales, y facilitar el traslado de personas y productos. La participación directa de mujeres y hombres de las localidades es una de las características centrales del modelo.

La apuesta no termina en 2025. Entre 2025 y 2030, la SICT tiene previsto construir 2 mil 500 kilómetros de caminos artesanales, con una inversión estimada de 15 mil millones de pesos, consolidando este esquema como una alternativa de infraestructura con enfoque social y comunitario.

En palabras del propio programa, estos caminos no son sólo tramos de concreto: son rutas que conectan comunidades, impulsan economías locales y abren oportunidades donde antes el acceso era limitado.

La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural cerró 2025 con números que van más allá de lo planeado en el programa Fertilizantes para el Bienestar, uno de los pilares del apoyo directo al campo. La dependencia no solo cumplió, sino que rebasó todas sus metas anuales, tanto en toneladas entregadas como en cobertura de productores y hectáreas.

Durante este año, AGRICULTURA distribuyó 1 millón 44 mil toneladas de fertilizantes en las 32 entidades del país, beneficiando a 2.15 millones de productoras y productores de pequeña y mediana escala. Con ello, se atendieron 3.54 millones de hectáreas, cifra que supera en más de 240 mil hectáreas lo originalmente previsto.

Del total entregado, 442 mil 500 toneladas correspondieron a DAP y 601 mil 500 toneladas a urea, un volumen que representa un incremento del 5.9% respecto a 2024. Este crecimiento, explicó la dependencia, fue posible gracias a la apertura de ventanillas para nuevos derechohabientes en todos los estados.

Para lograr una entrega directa y sin intermediarios, el programa operó 1,049 Centros de Distribución de Abasto (CEDA), incluso en regiones alejadas y comunidades con altos niveles de marginación, lo que permitió que el fertilizante llegara a tiempo a las parcelas.

Uno de los avances más destacados del programa fue el enfoque social. En 2025 se brindó apoyo a más de 833 mil 700 mujeres productoras, principalmente en Guerrero, Chiapas, Oaxaca, Estado de México y Veracruz. Además, se atendió a 860 mil 900 productores indígenas, de los cuales 367 mil 700 fueron mujeres, reforzando el objetivo de reducir brechas históricas en el campo.

En cuanto a los cultivos estratégicos, la mayor parte del fertilizante se destinó a la producción de maíz, con 752 mil toneladas para cubrir 2.51 millones de hectáreas. También se apoyaron otros cultivos clave para la seguridad alimentaria, como frijol, milpa, café y caña de azúcar, fortaleciendo la producción nacional de alimentos básicos.

Los resultados finales reflejan el alcance del programa: se superó la meta de derechohabientes en 104%, la entrega de fertilizantes alcanzó 105.9% de lo programado y la superficie atendida llegó a 107.3% del objetivo anual.

Con estos números, Fertilizantes para el Bienestar se consolida como un programa prioritario dentro del llamado Segundo Piso de la Cuarta Transformación, enfocado en la soberanía alimentaria, la autosuficiencia y la justicia social en el campo. De cara a 2026, la Secretaría de Agricultura aseguró que el programa tendrá continuidad para seguir impulsando la producción y el bienestar de las familias rurales