El pasado fin de semana, la Fiscalía General de la República (FGR) detuvo a José Ascensión Murguía Santiago, alcalde de Teuchitlán por Movimiento Ciudadano, bajo sospecha de su complicidad con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en relación al rancho Izaguirre. Según el secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, esta investigación resalta una red de protección institucional más allá del municipio. Cuatro testigos protegidos (identificados como “Rojo”, “Verde”, “Azul” y “Australia”) afirman que el alcalde recibía pagos mensuales de 70 mil pesos, sostenía reuniones con operadores del narcotráfico y encubría actividades ilícitas.

El rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, fue confirmado como un campo de entrenamiento del CJNG, según el fiscal federal Alejandro Gertz Manero.

Las autoridades de Jalisco, desde 2021, recibieron reportes sobre actividades ilegales en el lugar, pero no actuaron hasta 2024, cuando la Fiscalía estatal asumió el control del predio, aunque posteriormente abandonó su vigilancia. En marzo de 2025, un grupo de madres buscadoras encontró evidencias de torturas y ejecuciones, incluyendo prendas, zapatos e identificaciones de personas posiblemente reclutadas o ejecutadas por el CJNG.

La detención de Murguía Santiago ocurrió el 3 de mayo, cuando agentes de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) ejecutaron una orden de aprehensión contra él. El alcalde, odontólogo de profesión y político de larga trayectoria, fue trasladado a la Ciudad de México para rendir declaración. La Fiscalía lo acusa de delincuencia organizada agravada, al afirmar que conocía las actividades del rancho y no hizo nada al respecto. Aunque Murguía ha negado las acusaciones, las pruebas incluyen los testimonios de los testigos protegidos, quienes aseguran haberlo visto en el rancho y recibir pagos para proteger al grupo criminal.

A nivel local, el gobierno de Movimiento Ciudadano y varios vecinos de Teuchitlán han manifestado su apoyo al alcalde, alegando su inocencia y exigiendo una investigación justa. En contraste, colectivos de madres buscadoras critican que la investigación no ha esclarecido aún el paradero de las personas relacionadas con los objetos hallados en el rancho Izaguirre.

Este caso tiene repercusiones significativas, ya que resalta las sospechas de complicidad entre autoridades locales y el crimen organizado en Jalisco. Las autoridades federales han confirmado que la investigación continuará, con la posibilidad de que se emitan más órdenes de aprehensión contra otros funcionarios involucrados.

Petróleos Mexicanos (Pemex) confirmó que fue el responsable del derrame de hidrocarburos que se registró en las costas de Tabasco, debido a dos fugas en un ducto que transporta aceite de la Plataforma Akal-C a la terminal marítima de Dos Bocas (TMDB).

Por medio de un comunicado dado a conocer en redes sociales, la dependencia informó que se trata de dos abrazaderas metálicas en las que actualmente se realizan los preparativos para la verificación de hermeticidad y puesta en operación del ducto.

“Luego de realizar un mapeo se detectó que una parte del volumen de aceite que se fugó arribó a la costa de la Terminal Marítima Dos Bocas en el municipio de Paraíso, Tabasco, en una extensión de siete kilómetros” se lee en el documento, en donde además aseguraron que tras detectarlo, de manera inmediata personal y equipo especializado de Pemex llevó a cabo la limpieza.

Cabe resaltar que desde el fin de semana habitantes de Paraíso, Tabasco, han documentado la llegada de un líquido aceitoso de color negro a las orillas de la playa, misma que ya provocó una afectación directa en la zona, no solo económica para los pescadores, sino también al sector turístico debido a la contaminación en algunas playas, en las cuales, como medida preventiva se izó la bandera negra a fin de impedir el acceso al mar.

De este modo se registró un daño ambiental, debido a que los hidrocarburos derramados en la playa provocaron la muerte de peces y pelícanos, entre otras especies.

México prevé la posible formación de hasta 37 ciclones con nombre en los océanos Atlántico y el Pacífico en la temporada 2025, de los cuales cinco podrían impactar al país, informaron este miércoles autoridades mexicanas.

 De esa cifra, entre 16 y 20 sistemas podrían presentarse por el océano Pacífico y entre 13 y 17 por el Atlántico, lo representa que en ambas cuencas se espera un «escenario cercano o ligeramente por arriba del promedio», señalaron en conferencia.

«Para el Océano Pacífico pronosticamos entre 8 y 9 tormentas tropicales; estamos pronosticando entre 4 y 5 huracanes categoría 1 y 2, y entre 4 y 6 los huracanes que se les considera mayores, que son categoría 3, 4 y 5», explicó el titular del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de México, Fabián Vázquez Romaña.

En tanto, en el Atlántico, precisó, se esperan entre 7 y 9 tormentas tropicales, entre 3 y 4 huracanes categoría 1 y 2, y entre 3 y 4 huracanes, también con categoría 3, 4 o 5, para un total de entre 15 y 17 ciclones tropicales para el Océano Atlántico.

El titular del SMN participó en la reunión nacional de Protección Civil ‘Temporada de Lluvias y Ciclones Tropicales 2025’, celebrada en la ciudad de Mérida, capital del estado de Yucatán, en el sureste mexicano.

El desarrollo de estos sistemas, apuntó Vázquez Romaña, se prevé durante la temporada que inicia, de forma oficial, el 15 de mayo en el Pacífico y el 1 de junio, en el Atlántico, y culmina el 30 de noviembre en ambas cuencas.

También apuntó que el número de ciclones tropicales pronosticados «no determina la cantidad de sistemas que podrían generar efectos sobre el territorio mexicano o impactarlo».

Además, explicó que «cada sistema se desarrolla de acuerdo con las condiciones atmosféricas y oceánicas que se registren en su momento», por lo que es indispensable mantenerse informados de su trayectoria y estado de cada uno, de manera oportuna y mediante fuentes oficiales.

Indicó que uno de los principales fenómenos climáticos que modulan la actividad ciclónica es el conocido como El Niño oscilación del sur (ENSO), que en 2025 tuvo una transición de condiciones frías (La Niña) a una fase neutra, conocida como ENSO neutral.

«Esta transición puede modificar la cantidad, intensidad y comportamiento de los fenómenos», expuso.

A inicios de diciembre pasado, el SMN indicó que en la temporada de ciclones tropicales 2024, se desarrollaron 30 sistemas con nombre. De esos, 15 fueron tormentas tropicales y 15 huracanes de diversas categorías de la escala Saffir-Simpson, precisó el organismo.

Las autoridades del SMN explicaron que en el Pacífico oriental, se formaron 12 ciclones tropicales: ocho tormentas, un huracán categoría 1 y tres huracanes categorías 3, 4 o 5, pero solo la tormenta tropical Ileana y el huracán John impactaron en México.

En esta región los sistemas comenzaron el 4 de julio, con la tormenta tropical Aletta, esto colocó a 2024 como el año con el mayor atraso en la formación del primer ciclón, considerando datos de esta cuenca de la última década.

En tanto, en el Atlántico, se registraron 18 sistemas con nombre: siete tormentas tropicales, seis huracanes categoría 1 o 2, y cinco de las categorías 3, 4 o 5.

Tres ciclones golpearon a México por el Atlántico: el huracán Beryl y la tormenta Chris, que dejaron saldo blanco en julio, y la tormenta Alberto, en junio, cuando dejó seis muertos en Nuevo León, norte de México.

Mientras que en el Pacífico el golpe vino con el huracán John, que tocó tierra el 23 de septiembre como categoría 3 y dejó 29 muertos en los estados de Guerrero, Oaxaca y Michoacán.