Con el objetivo de proteger el ingreso de las y los productores del Bajío ante la caída internacional del precio del maíz, el Gobierno de México y las administraciones estatales de Guanajuato, Jalisco y Michoacán acordaron la creación del Sistema Mexicano de Ordenamiento del Mercado y Comercialización del Maíz, que busca establecer precios de referencia, reducir la intermediación y garantizar la venta directa entre productores e industria.
El nuevo esquema forma parte de un acuerdo integral alcanzado la madrugada del 29 de octubre, que incluye apoyos económicos y financieros para alrededor de 90 mil productoras y productores de maíz blanco de la región.
De acuerdo con el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué Sacristán, el convenio representa “una respuesta estructural” ante la volatilidad del mercado internacional y la sobreoferta global del grano.
Blindaje económico para el campo
Como parte del acuerdo, los tres gobiernos estatales y la Federación aportarán recursos conjuntos para otorgar un apoyo de 950 pesos por tonelada de maíz blanco, con un límite de hasta 200 toneladas por productor. La medida beneficiará principalmente a quienes poseen hasta 20 hectáreas, es decir, el 98 % de las unidades productivas de la región.
Además, se ampliará el programa Cosechando Soberanía, que ofrecerá créditos con tasa preferencial del 8.5 % anual y seguro agropecuario contra sequías, inundaciones o plagas, con el fin de reforzar la estabilidad financiera del sector.
Hacia un mercado con reglas claras
El Sistema Mexicano de Ordenamiento del Mercado será el primer mecanismo nacional orientado a dar transparencia y certidumbre al comercio del maíz, mediante tres ejes principales:
- Definir precios de referencia que orienten las decisiones de siembra y venta.
- Promover la comercialización directa entre productores y compradores industriales, reduciendo la cadena de intermediarios.
- Establecer un marco jurídico y operativo claro, que será definido en coordinación con productores, estados y Federación.
El acuerdo también contempla la instalación de mesas de diálogo regionales para afinar las reglas operativas y garantizar condiciones justas en la compra de las cosechas.
“El objetivo no es solo mejorar los precios, sino asegurar que toda la producción nacional encuentre mercado”, subrayó Berdegué.
El titular de Agricultura explicó que el pacto surge en un contexto internacional de sobreproducción de maíz, con un stock récord mundial de más de 1,300 millones de toneladas.
Esta situación ha provocado una caída de 21 % en los precios internacionales, que actualmente rondan los 3,400 pesos por tonelada, los niveles más bajos desde 2017.
A pesar del entorno adverso, México prevé una cosecha nacional abundante, impulsada por buenas condiciones de riego en estados como Sinaloa. “Será una producción muy alta, probablemente el doble de la del año pasado”, afirmó el funcionario.
El acuerdo con los gobiernos del Bajío —resultado de varias semanas de negociaciones con productores— busca garantizar que ese incremento en la producción no se traduzca en pérdidas para el campo mexicano, sino en un modelo más justo y sostenible de comercialización.