Con la publicación de la Ley de Desarrollo Sustentable de la Cafeticultura en el Diario Oficial de la Federación, el sector cafetalero mexicano entra en una nueva etapa. Así lo expuso el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué, quien destacó que se trata del primer marco legal integral que regula toda la cadena del café, desde el campo hasta la taza.
En su mensaje, Berdegué subrayó que la nueva legislación reconoce al café mexicano como un producto estratégico para la soberanía alimentaria y, sobre todo, como una actividad que debe generar beneficios claros y directos para quienes lo producen. “La ley da beneficios directos, concretos, a las y los productores de café”, afirmó.
Uno de los puntos centrales es el ordenamiento del mercado. La norma busca reducir los desequilibrios que históricamente han afectado al productor, al garantizar información confiable sobre precios, costos y mercados, lo que permitirá negociar con mayor claridad y transparencia. Además, se impulsará el pago por calidad, tomando en cuenta factores ambientales y culturales que distinguen al café nacional.
La ley también pone énfasis en la producción sustentable. Se dará prioridad a quienes trabajan bajo prácticas agroecológicas y a la cafeticultura bajo sombra, un modelo que protege el suelo, el agua y la biodiversidad. “Vamos a posicionar el café mexicano como un producto sostenible con identidad territorial”, señaló el funcionario.
Entre los nuevos instrumentos destaca la creación de la Comisión Nacional para el Desarrollo de la Cafeticultura, donde participarán autoridades, productores, industriales, torrefactores y comercializadores para definir políticas públicas, normas de calidad y estrategias de comercialización.
A esto se suma el Sistema Nacional de Información de la Cafeticultura, que concentrará datos actualizados sobre clima, producción, precios, costos, importaciones y exportaciones. La idea, explicó Berdegué, es que las decisiones se tomen con base en evidencia y no en suposiciones, conectando información del INEGI, universidades y centros de investigación.
Uno de los mecanismos más esperados por el sector es el Comité de Seguimiento de Precios, que publicará precios de referencia no obligatorios, construidos a partir de costos reales de producción, márgenes de comercialización y precios internacionales. Estos servirán como guía para que los productores tengan mejores herramientas al momento de vender su café.
“Al final del día, lo que queremos es un mercado más justo para las y los productores”, remarcó el secretario, al tiempo que reconoció el papel del Congreso para sacar adelante esta ley, en especial de legisladores de estados cafetaleros como Oaxaca y Veracruz.
La nueva legislación marca un antes y un después para una actividad que da sustento a miles de familias en el país y que ahora cuenta, por primera vez, con reglas claras, visión ambiental y herramientas para equilibrar la cadena productiva