El líder de la organización Pueblos Unidos Migrantes, Irineo Mujica Arzate, y el coordinador del Centro de Dignificación Humana A. C., Luis Rey García Villagrán, mienten al afirmar que el objetivo de la caravana es regularizar a las personas migrantes, de lo contrario ya hubieran aceptado la propuesta del instituto.
Aseguran que el INM ha desatado una violencia física y psicológica e impulsa una campaña de xenofobia en contra del contingente de personas migrantes, cuando la autoridad ha cumplido con su responsabilidad al salvaguardar la integridad física de sus integrantes, al ofrecer regularizarlos, trasladarlos a albergues de puertas abiertas y proporcionarles documentos que acrediten su estancia regular.
De 2019 a la fecha el instituto ha realizado poco más de 606 mil trámites para regularizar la estancia de las personas migrantes, lo que favorece su integración a la sociedad.
Aseguran que las personas migrantes se negaron a ser regularizadas, cuando en los hechos no permiten la interlocución con ellas y las mantienen como si fueran rehenes.
La actitud y falta de colaboración de los líderes parece más cercana a la de los traficantes de personas o ‘polleros’ que ponen en riesgo la integridad y vida de la población migrante.
Es el caso de las personas que integran la caminata y presentan diversos síntomas de enfermedades, pero no son diagnosticadas o atendidas de manera adecuada, especialmente las niñas, niños, adolescentes y mujeres embarazadas.
El INM lamenta que los líderes obstruyan y descalifiquen las propuestas para regularizar a las personas, lo que afecta de manera directa a la población migrante y hace que permee un ambiente de animadversión hacia la autoridad.
Se dicen engañados por el INM cuando éste ha sido transparente en sus ofrecimientos y los líderes se victimizan al acusar represión por parte de la autoridad, cuando en realidad las víctimas de ellos son las personas migrantes que integran la caravana.
Los dirigentes se han dicho fatigados, cuando hay imágenes de que se conducen en bicitaxis.
Han afirmado que el INM quiere separar a las familias, cuando se les ofreció regularizar con las tarjetas de visitante por razones humanitarias a menores de edad, mujeres embarazadas, enfermos, personas con discapacidad y a los que tienen resuelta de manera positiva su solicitud de refugio, así como a sus familiares.
Mienten al acusar que el INM ha reprimido a quienes conforman la caravana, cuando los Grupos Beta los acompañan y auxilian. Se han respetado sus derechos humanos y, para el escrutinio de la actuación del instituto, se ha pedido la presencia de observadores de las comisiones nacional y estatal de los Derechos Humanos quienes vigilan la caravana.
Han falseado la información al señalar que el INM desea rescatarlos y devolverlos a su país; la propuesta es totalmente opuesta a esta afirmación.
Presumen que el juez de amparo les otorgó el libre tránsito, pero no exhiben ninguna resolución jurisdiccional en ese sentido.
Indican que no se atiende a personas enfermas y lesionadas, cuando Irineo Mujica Arzate, arbitrariamente obligó a un migrante a bajar de una ambulancia para ser retornado a la caravana, mismo que se agravó y tuvo que ser atendido y conducido nuevamente en una ambulancia por los Grupos Beta del INM hacia un hospital.
Irresponsablemente convenció a una mujer embarazada, así como a los familiares de menores de edad con sospecha de padecer dengue, para no ser atendidos e incorporarse al contingente.
Cabe destacar que, las personas enfermas han sido atendidas en sitio por personal médico de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y elementos de los Grupos Beta del INM.